Allí en los confines nororientales del Campo de Montiel todavía puede verse un retazo de la Edad Media en el centro de la actual Villa de Ossa de Montiel. Pueblo dedicado al pastoreo por sus abundantes montes. Célebre en el mundo entero por la Cueva de Montesinos.
La Iglesia de La Magdalena es la que mejor conserva el aire arcaico de la primera etapa repobladora de la Orden de Santiago en nuestro territorio. La fachada espadaña de estilo gótico popular se identifica con este estilo internacional por el bello guardapolvo de la recoleta portada.
El exterior, macizo y rechoncho más cercano a una pequeña fortaleza o ermita fortificada que a una iglesia parroquial transmite todo el encanto de una época donde se enterraban a los muertos de las hazañas bélicas del cercano castillo de Rochafrida.
El espacio entre la iglesia y la actual casa parroquial, era el viejo cementerio, ocupado también ahora por la bonita casa de estilo popular manchego.
El interior de la iglesia con nave rectangular de salón y ábside recto ha sido desposeída de su encanto original. Hoy ya no se pisan las losas de caliza del suelo ni se ven las tallas medievales de Santiago y La Magdalena. Pero todavía perdura la techumbre mudejar sostenida por arcos fajones apuntados igual que en Alcubillas, siendo ambas los dos mejores y únicos ejemplos de los primeros templos erigidos en la zona por la Orden de Santiago.
En la clausura de madera de la entrada, ambas inscripciones talladas aluden la siglo XVIII. Florencia, la amable señora que atiende el templo tuvo la amabilidad de escucharme cuando le dije que una de ellas estaba a punto de desprenderse y caer. Me dijo que en la última Semana Santa, al sacar las andas, se llevó un porrazo.
El coro, sostenido por una esbelta columna renacentista y otra que es muy probable que sea romana, pues las dimensiones del fuste así parecen indicarlo.
Afortunadamente queda señalada la antigua puerta de acceso desde la nave al cementerio y enfrente la bella cancela de madera torneada que da acceso a la popular sacristía, donde Florencia me contó las pérdidas que a lo largo del siglo XX, por avatares de todo tipo, entre otros, la construcción de chalés en las Lagunas para llevarse viejos bancos barrocos. Como en todas partes por desgrascia…
Con todo, es un lugar excepcional, testigo de nuestra historia y referente de la evolución arquitectónica en el Campo de Montiel.
Por Salvador Carlos Dueñas